dos cosas son primordiales para él: LA PLATA Y EL SEXO CON NIÑOS. SÍ así como usted lee bien: es un enfermo PEDÓFILO, se vale de la necesidad de la gente para aprovecharse de cuanto niño puede! Hace algunos años llegó al barrio LA HONDA en nuestra ciudad de Medellín y con la imagen de "sacerdote" de la que se vale y por lo que descaradamente se hace pasar sin haber pisado jamás un seminario o sin tener el menor estudio para ello. Es un reconocido brujo que revestido con andrajos a la manera de un sacerdote realiza sortilegios, encantamientos, conjuros y hasta exorcismos sin tener siquiera la autorización de la iglesia.
Cuál no sería nuestra sorpresa al invitarlo a nuestro hogar en el Barrio el Poblado, para supuestamente conjurar algunos "espíritus malignos" que había advertido en nuestra mirada: "ustedes tienen un grave problema espiritual, están salados además están en un grave peligro!" espetó este engendro del demonio, que lo único que deseaba era apearse de nuestro dinero, (lo cual confieso logró por varios meses) Al llegar estaba acompañado de 6 muchachos de aspecto desarrapado, ninguno superaba los 14 años de edad, empezó a hacernos unos rezos ininteligibles, a ponernos las manos con fuerza sobre la cabeza y las sienes, a hecharnos unos unguentos horrorosos que nos produjo dolor de cabeza, mareos y nauseas. Luego les hizo unos rezos a los niñitos de quien afirmaba que eran "canales" de los ángeles.
Nos dijo que ellos nos iban a dar unos mensajes de "san rafael" y de otros ángeles que nos dirían que hacer. El supuesto mensaje se centraba en que obedeciéramos en todo lo que el "Padre" Gustavo nos dijera y que le "colaboráramos"
Los muchachitos al salir de su "trance" seguían con sus conversaciones infantiles y su mirada sorprendida por cada objeto que veían y tocaban en nuestro hogar y manifestando cada que podían que tenían hambre o sed: las que parecían insaciables por más comida o bebida que les diéramos.
Era un viernes; y eschuchamos como hablaban de lo contentos que estaban por irse a pasar el fin de semana con el "Padrecito" a su casa. Al percatarme de esta situación me preocupé y pensé lo que era obvio: estábamos siendo engañados por un delincuente, por un farsante, por un timador que además de suministrarnos unos extraños bebedizos, de hablarnos de Santería y de espiritismo, no había hecho más que atemorizarnos frente a lo que nosotros no conocíamos y él TAMPOCO! Este homosexual y su séquito de infantes en verdad necesita pasar una buena teporada donde se merece por ahora: TRAS LAS REJAS para luego ir a donde bien se ha ganado: LOS MISMOS INFIERNOS!
Hablé con mi hermana, (ella era quien lo había conocido e invitado) ella lo había conocido en la Plaza Minorista donde en varias ocasiones lo había visto recolectando ayudas para "sus niños pobres" ella misma le había dado dinero para su "obra". Se dejó convencer por su mirada demoniaca e impersonal. Pero en realidad no sabía, como ninguno de nosotros, no se imaginaba lo que había detrás de todo esto.
Eran ya casi seis meses de estar recibiendo "ayuda espiritual", de entregar jugosas ayudas económicas y de someternos a todas sus prácticas espiritistas y llenas de agueros y de fantasía.
Ya mi propia hermana no quería hacer nada, o decidir nada sin consultar primero con el "Padre Gustavo" ni en cuanto a su esposo, a su negocio o a su vida personal. Se creó una relación de absoluta dependencia.
En noviembre de 2010 decidí preguntar a mi párroco en la Iglesia de Santa María de Los Dolores contándole toda esta situación, quien me dijo que todo aquello le sonaba muy extraño y que NO conocía ningún sacerdote con el nombre de GUSTAVO CANO. Me suministró el número teléfonico de la curia de Medellín 5769700 y me recomendó hablar con el Vicario General de la Arquidiócesis de Medellín, él me respondió que tenían conocimiento de la presencia del SEÑOR GUSTAVO ANGEL CANO, en el Barrio La Honda y de una supuesta parroquia de "Jesús Adolescente", pero que ni el mencionado señor, ni su supuesta parroquia tenían que ver nada con la Iglesia CATÓLICA, APOSTÓLICA Y ROMANA que presidía el Santo Padre BENEDICTO XVI y que la Arquidiócesis ni reconocía, ni se hacía responsable por ningún acto de este "señor"
Al confrontarlo junto con mi hermana y su esposo, entró en verdadera IRA, nos insultó, nos maltrató y por último nos maldijo.
Finalmente, decidimos poner en conocimiento de las personas en general nuestro caso, para que eviten caer en las garras del demonio que se disfraza de muchas formas.
Dios los bendiga.